ROMA.- Dos prisioneros italianos aprovecharon una comida con el papa Francisco para escaparse, según confirmó hoy la diócesis en Bolonia.
Los dos formaban parte de un grupo de alrededor de 20 presidiarios de la cárcel Castelfranco Emilia que fue invitado a reunirse el 1 de octubre con el papa Francisco para comer durante un evento en Bolonia, según los medios italianos. Sin embargo, en un descuido sus escoltas los perdieron de vista.
El papa Franciasco invita regularmente a presidiarios, migrantes e indigentes a comer.
Según la agencia de noticias Adnkronos, los dos ya habían cumplido su condena, pero seguían detenidos porque estaban considerados como peligrosos para la sociedad. No se sabe qué cargos pesaban sobre ellos.
Sobre la evasión rige la más estricta reserva de los investigadores porque se trata de un hecho evidentemente embarazoso. Los dos fugados, ambos napolitanos, estaban detenidos en la casa de Trabajo y Reclusión de Castelfranco Emilia, en el Modenese, una estructura para la reinserción social, alternativa a la cárcel dura y dividida en dos secciones: una para los tóxicodependientes y otra para los "internados", o sea los reos sujetos a una vigilancia especial por ser considerados socialmente peligrosos. Los fugados estaban en esta sección y los informes sobre ellos eran reiteradamente negativos.
Nadie le dijo nada al Papa sobre la situación. Y el Pontífice, ignorante de todo, continuó con su visita en Bolonia. Después del almuerzo fue a una manifestación en Plaza San Doménico y cerró la jornada con el gran acto en el estadio de fútbol de la ciudad, ante 40.000 personas. (DPA - Clarín)